viernes, 8 de febrero de 2013

Comienza tu día...

La sensación  de agobio incesante. La garganta se vuelve un nudo, y en el pecho estallan todo tipo de sentimientos.
La angustia, el miedo, la incerteza, el cansancio de luchar contracorriente. Todos y cada uno se agrandan con cada lágrima que se derrama. Y aunque sentirse así no soluciona nada en absoluto, no se puede evitar. Pase lo que pase, cuándo estas sensaciones te atrapan, es difícil controlarlas y es difícil recordarse a uno mismo que nada ni nadie merece que una persona tenga que sentirse así. Porqué los límites existen, y no debemos traspasarlos nunca. Y parece que en esta vida, no se puede cometer ninguna acción sin ser juzgado por los demás.
La vida, que es maravillosa, no sería la misma si todo el mundo fuera perfecto. El problema viene cuándo eres más vulnerable, o simplemente no estás en un buen momento. Independientemente de la edad, sexo y raza, todo el mundo  pasa por un momento de debilidad y nadie, nunca, debería sentirse feliz de ver cómo esa persona cae, y vuelve a caer.
El ser humano no ha venido al mundo simplemente a sobrevivir ni a reproducirse, estamos aquí para relacionarnos y evolucionar, poder aprender los unos de los otros, crecer, amar, respetar y disfrutar de la vida.
No pretendo dar lecciones de moral a nadie, simplemente me quejo, de lo destructiva que puede ser la acción de una persona.
Y de lo importante que es quererse a uno mismo por encima de todas las cosas.

P.D: No estoy triste, ni deprimida...esto lo escribí hace unos días, pero no quería dejar de publicarlo, al fin y al cabo es cómo me he sentido en un momento de mi vida, y en esto consiste este blog, en plasmar todos mis pensamientos y mis ideas.



Dicho esto, os deseo un feliz día. Besitos!!!!!!!



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